El personal de la comunidad de medicina transfusional está en riesgo de transmisión de SARS-CoV-2; tanto los técnicos de laboratorio del hospital como el personal de los centros de colecta o bancos de sangre independientes se ven obligados a trabajar en estrecha colaboración con gente diversa. Una evaluación sistemática y un análisis publicados recientemente en la revista “The Lancet” indican que el distanciamiento físico, las máscaras faciales y la protección ocular ayudan a reducir la transmisión de betacoronavirus de persona a persona.
El Estudio
El estudio evaluó la transmisión del síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS) y el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV2) en 172 estudios observacionales y 44 estudios comparativos (n = 25,697 pacientes) en centros de salud (de atención médica) y en establecimientos sin relación con el sector salud. El distanciamiento físico de al menos 1 metro proporciona un fuerte efecto protector en comparación con distancias de menos de 1 metro. Aún más importante fue el hecho de que un distancimiento de al menos 2 metros reduce aún más la transmisión .
Los cubrebocas (máscaras faciales) de todo tipo proporcionan protección (n = 2647; aOR, 0.15 [IC 95%, 0.07 a 0.34]) y la protección más fuerte es proporcionada por mascarillas N95 o máscaras similares. La protección ocular también se asoció con una menor transmisión (n = 3713; aOR, 0.22 [IC 95%, 0.12 a 0.39]) y puede ser un equipo de protección personal que sea aceptable por todos, incluida la población en general. El distanciamiento físico y el uso de Equipo de Protección Personal son estrategias efectivas que deben emplearse en toda la comunidad de medicina transfusional, bancos de sangre y hospitales en general.
Bibligrafía: