El nuevo coronavirus del cual se informó, por vez primera, en diciembre de 2019 desde la ciudad Wuhan, China, pasó a llamarse SARS-CoV-2 y es la causante de la enfermedad de coronavirus correspondiente al 2019 o, para abreviar, COVID-19. Hasta el 2 de marzo, la Organización Mundial de la Salud ha reportado casi 90,000 casos de COVID-19 con más de 3,000 muertes en todo el mundo. El período de incubación medio del virus, es decir, desde el momento de la infección hasta el inicio de los síntomas, parece ser de 5-6 días (rango: 1-13 días). COVID-19 se asocia con un amplio espectro de síntomas (fiebre, malestar general, tos seca y dificultad para la respiración) que varían en distintos grados de severidad. Se ha informado que la tasa de mortandad del virus es aproximadamente del 2% pero cuando se incluyen casos asintomáticos y levemente sintomáticos, la tasa de mortalidad puede ser considerablemente inferior al 1%. Aunque el virus inicialmente se contrajo de animales, la transmisión de persona a persona está ocurriendo en varios países en estos momentos.
Sin Precedentes Aún
En estos momentos, salvo algunas consideraciones de escrutinio de donadores, el Centro Nacional de la Transmisión Sanguínea (CNTS) no recomienda ninguna acción por parte de los establecimientos de extracción de sangre, ya que, todo indica, el riesgo de transmisión por transfusión de SARS-CoV-2 es, al parecer, solo teórico. No existe un precedente para la transmisión por transfusión de ningún virus respiratorio, incluidos influenza, MERS, SARS o SARS-CoV2. Los estudios han detectado ARN viral en suero o plasma de pacientes infectados con SARS, MERS y SARS-CoV2, pero se desconoce la capacidad infecciosa del ácido nucleico detectado.
En Estado Unidos, algunos establecimientos de recolección de sangre están aplazando/retrasando, por 28 días, sus viajes hacia áreas con brotes de SARS-CoV-2 y, desde luego, todos los donantes febriles ya están descartados. Teóricamente, un período asintomático pero con rastros del virus podría representar un riesgo para los receptores de transfusiones, por lo que la comunidad médica debe permanecer vigilante y capaz de rastrear y recuperar productos sanguíneos si es necesario. Actualmente, el SARS-CoV-2 presenta un mayor riesgo para el inventario de productos sanguíneos debido a una interrupción de los suministros necesarios para procesar dichos hemocomponentes o una disminución en la disponibilidad de donantes donde la transmisión local estuviera generalizada.
Precaución
Los establecimientos de recolección de sangre (bancos de sangre, centros de colecta) deben seguir los consejos de salud pública de sus regiones para minimizar los malentendidos sobre el riesgo de transmisión de transfusiones por SARS-CoV-2 y minimizar las interrupciones en el suministro de sangre. Hasta que la cifra de reproducción básica del virus caiga por debajo de uno, el número de infecciones por SARS-CoV2 seguirá aumentando y la comunidad médica debe estar preparada.
Bibliografía